Área de Transición Ecológica | Comisión Ejecutiva Municipal
Conmemoramos el Día Mundial de la Educación Ambiental, que tiene su origen en el Seminario Internacional que reunió, un 26 de enero de 1975, a más de 70 países en Belgrado (Serbia), con el objetivo de establecer los principios de la Educación Ambiental, en el marco de los programas de la ONU. Como resultado, se publicó la Carta de Belgrado, en la que se plasman las reivindicaciones fundamentales de la Educación Ambiental para preservar el planeta.
Se fijaron ambiciosas metas, como la de conformar una opinión crítica y preocupada por el medio ambiente y sus problemas asociados, con conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para afrontar los retos medioambientales.
Han pasado más de 50 años de esta efeméride y, pese al importante impulso que se ha dado a las políticas medioambientales, gran parte los problemas que se pusieron sobre la mesa en el Seminario de Belgrado siguen pendientes de solución. Esto nos conduce a la convicción de que debemos seguir apoyando e impulsando iniciativas encaminadas a mejorar nuestro medio ambiente, pues redunda de forma directa en nuestra salud y en un planeta más sostenible, mitigando el calentamiento global y evitando los desastres climáticos que le acompañan.
En los últimos tiempos, además, tenemos que luchar contra una corriente de opinión, alentada por diferentes y diversos intereses, que niega las evidencias científicas del cambio climático, impulsada por la derecha y la extrema derecha no solo en nuestro país, sino también en Europa y el resto del mundo.
Las noticias falsas y la proliferación de información tergiversada, canalizadas, principalmente, a través de las redes sociales, están propiciando el caldo de cultivo perfecto para la manipulación y la desinformación sobre las políticas
encaminadas a dejar atrás energías contaminantes y comportamientos consumistas. Requisitos imprescindibles para la puesta en marcha de políticas públicas de reducción de emisiones contaminantes y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Estas políticas están contempladas en la Agenda 2030. Cumplirla redundará en una mejora de las condiciones climáticas y medioambientales de nuestras ciudades y campos.
En Albacete fue un gobierno socialista, encabezado por la alcaldesa Carmina Belmonte, el que puso en marcha la primera Ordenanza de Medioambiente. A través de sus 529 artículos, regulaba aspectos tan esenciales en una ciudad como son la gestión de los espacios naturales y del agua, tanto la potable como las residuales; la protección de la atmósfera frente a la contaminación; o la recogida de basuras y limpieza de la vía pública, entre otros aspectos.
Ya en el año 2000, en nuestra ciudad, se pasó de recoger la basura de las viviendas de forma manual a hacerlo a través de los contenedores instalados en la vía pública, mejorando notablemente el proceso e iniciando la gestación de las ‘islas’ de recogida selectiva de residuos urbanos. Es decir, los contenedores no solo de materia orgánica, sino también de papel y cartón, vidrio y envases. Estas mejoras también se introdujeron durante el mandato municipal de un alcalde socialista, Manuel Pérez Castell.
Habría que esperar otras dos décadas, para que se produjera un nuevo avance en nuestra ciudad en la recogida selectiva de residuos. Llegó durante la Corporación presidida por el último alcalde socialista que ha tenido la ciudad de Albacete, Emilio Sáez. Bajo su mandato, se instaló el contenedor marrón para residuos orgánicos, que permitió dar un paso más en el proceso de separación de todos los residuos del hogar.
En el capítulo de gestión de los recursos hídricos con los que cuenta nuestra ciudad y mejorar su calidad, también fueron dos alcaldes socialistas los que consiguieron avances históricos para la ciudad de Albacete. Bajo el mandato de Manuel Pérez Castell se logró la traída de aguas del río Júcar, que nos permitió dejar de beber agua de los pozos subterráneos; y hace apenas dos años, en la Corporación municipal presidida por Emilio Sáez, se puso en marcha la planta de ósmosis, que mejoró sustancialmente la calidad del agua que bebemos.
Los ejemplos expuestos evidencian que todos los avances para mejorar el compromiso medioambiental de nuestra ciudad han tenido como denominador común que al frente del Ayuntamiento se encontraban alcaldes o alcaldesas socialistas.
Sólo con una visión de futuro, con políticas atrevidas en la preservación de nuestro medio ambiente y con medidas valientes podremos encarar el futuro con mayores garantías de éxito y que este se traduzca en una mejor calidad de vida en las ciudades. Además, nos protegerán contra la desinformación y la sinrazón que responden a intereses espurios que solo benefician a unos pocos.
Albacete ha dado un importante paso con la peatonalización del centro, que también se materializó durante el mandato de la última corporación socialista. Ahora, es el momento de ser valientes y crear una zona de bajas emisiones (ZBE), que contribuya a disminuir el tráfico de vehículos particulares y favorezca otras formas de movilidad más respetuosas con el medio ambiente.
Este proyecto está en riesgo, por la influencia de la ultraderecha. De ahí la importancia de no ceder ni un ápice, porque están en juego el futuro de una ciudad más saludable y los fondos europeos que ha recibido Albacete, condicionados a desarrollar iniciativas de esta naturaleza.
Estos y otros temas serán tratados en la jornada de trabajo y reflexión, organizada por la Ejecutiva Municipal del PSOE a través del Área de Transición Ecológica y que tendrá lugar mañana, 27 de enero, a las 18.30 horas en la Casa del Pueblo. Te esperamos.
